lunes, 12 de marzo de 2012

VAGAMUNDOS

Cuando estaba en prepa, acostumbraba quedarme por largos ratos en los parques.
Un día, estaba sentada en una jardinera ensimismada; a mi lado se sentó un señor que traía su costal cargando.
Me dijo algo que no recuerdo, y en su momento tampoco lo escuché, y después me ofreció una manzana.

Cuando estaba en la Universidad, un día estaba sentada en la banqueta, a contraesquina de un OXXO, ensimismada, y se me acerca una señora, se sienta a mi lado y me pregunta ¿Porqué estás triste?; no recuerdo qué le contesté, se quedó un par de minutos escuchándome y luego se despidió y se fué.

Cuando dejé la Universidad, iba caminando cerca de un banco, y un señor con todas las características físicas de un pepenador escribía con gises de colores por toda la banqueta, después por la pared y así como una cuadra.
Me detuve a leerlo, pero ya no recuerdo que decía

Hoy, mientras iba por comida, estaba un señor sentado en la banqueta; con su costal a un lado y escribía
la hoja en blanco se veía nueva y su letra muy bien hecha y "no se salía del renglón".

Estos momentos me hacen pensar si en realidad la vagabunda soy yo.

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