miércoles, 11 de diciembre de 2013

Elisa y las almendras en la piscina.

- Cuando era niña tuve mucha hambre, por lo que después era capaz de comer 3 kilos de dulces sin parar.
Me dolía mucho el estómago, ahora llevo 3 semanas comiendo solo frutas, verduras y semillas; e intento dejar de comer.

- Pero necesitas comer

- No.

Ya no quiero dormir encerrada, ahora prefiero dormir al aire libre... no sé... tal vez pida permiso para dormir  en la alberca, si no me dejan será una vez más en algún cuarto.

Cuando tenía 16 años era tanta la presión social que ya me ponía cremas antiarrugas y cosas así. Ahora no utilizo ni cremas, ni shampoo ni nada.

Aún no sé si quedarme en Mérida, me deprimo.
Solo tengo una posibilidad en Holanda... conozco a UNA persona que me podría ayudar, pero hace torturas y no sé... no me gustaría.

(No me atrevo a preguntar a qué se refiere con torturas)

( Me mira con esa expresión de venado indefenso  adentro  la piscina.)

http://www.youtube.com/watch?v=4F-CpE73o2M




lunes, 9 de diciembre de 2013

Vendí todo, solo tengo un cepillo de dientes

Ayer hubo fiesta en la Hippie House.

Entre plática y plática nos fuimos conociendo los presentes.
Muchas historias de vida, pero la que más me impresionó fué la de Elisa la Holandesa:

Tiene aproximadamente 30 años. Es delgada con el cabello cortísimo muy rubio,  piel bronceada, dientes blanquisimos y los ojos muy azules.

Sus pertenencias se reducen a dos cambios de ropa, un pasaporte y un cepillo de dientes.

Así  lo decidió.

Tenía todo en su casa, pero sus padres la desatendían, así que desde que recuerda prefirió mantenerse sola.

Trabajó para gobierno, de modelo,  deportista etc etc... Siempre viajando.

Dice que es muy perfeccionista por lo que prefiere reducir al mínimo sus pertenencias y actividades, tardar 14 minutos en escoger ropa le impiden pensar y hacer cosas más importantes como jugar con un niño o disfrutar de un atardecer.

Dice que todos sus sueños los ha realizado y ahora necesita tiempo para digerir lo vivido.

Sinceramente se impresionó cuando le dije que era la primera vez que yo cambiaba de residencia a otro estado y que en realidad nunca tuve la necesidad real de trabajar y mantenerme.

Sus ojos se engrandecieron al preguntarme mirando fijamente mi rostro: - ¿Y cómo es eso? ¿Qué se siente vivir así? Yo nunca lo he hecho. Nunca me he quedado más de año y medio en algún país, y ahora quiero reducir aún más mi equipaje, quiero comprar un vestido de lo más fino, meter en mi bolso dinero e irme a Egipto.

Existen diferentes niveles y tipos de locura que rayan en la línea de la cordura o viceversa.

Yo respeto más a alguien que se compromete con su mente y forma de vida aunque parezca una locura para el resto de la gente.

Hay personas que juegan a ser dementes cuando  en el fondo solo son fantasiosas.

PD

No tengo frases célebres ni contundentes para concluir las historias que escribo.