Dolorosos y ahogados
que no se mueven
no comen ni duermen
nacidos de polvo y tiempo
retumbando en la pared de enfrente
en la mente
llegando de la muerte
revolcados y embarrados de pena
pero no de gloria
astillados de recuerdos
atrancados en el suelo
enrrollándose en los huesos
en los dientes y en el pecho
bailando en la garganta
llorando bajito
ladrándole a la luna
frágiles
quebrados
escuálidos
escuetos
rotos y apestosos
cocinados a fuego lento.