…Y entonces estaba TAN nerviosa pensando ¿Qué podrá
comer, qué podrá comer? Que agarré del supermercado una pinche col morada y
medio kilo de tomates.
¿Por qué? No sé…si ni siquiera se podía mover.
Me abrió su vecino y me dijo que si estaba pero que no podía
salir.
Cuando llegué a su casa intentó abrirme la puerta pero se
fue de hocico y se rompió la nariz.
Entré a su cuarto con la col y los
tomates y otras viandas que llevé. Lo vi sentado todo madreado.
En el diminuto cuarto a oscuras sonaba música de Sabina
acompañada de un chingo de tonayán y películas pornográficas.
¿Qué le digo qué le digo qué le digo?
Mmmm
Mmmmm
MMMMMMMMMMM…..
- -“Siento
un chingo de dolor”
-
-- Al
menos sientes dolor
-
“-"No
te sientes ahí porque está orinado. Mi compa es un buen amigo, me recogió
varias veces del baño.”
Le pasé un litro de leche, lo abrió y al tratar de tragar
se le salió todo de la boca.
Bueno.
Terminé sentándome en el suelo mientras cotorréabamos y
le echaba carrilla mientras su vecino (que probablemente también estaba hasta
la madre) pensaba 5 minutos en dar un paso para ir por agua porque le daba pena
mi presencia.
- -“Tengo
esos dos palos de escoba de bastones”
Para no hacer el cuento largo estuve un par de horas para
después partir sin dolor.
Se levantó y apenas consiguió detenerse de la pared con
la mano que le funcionaba.
-
-No
te caíste, estabas haciendo lagartijas.
No se me ocurrió mas qué decir y luego me fui.