Ni lunes ni domingo existen por el momento.
El silencio atraviesa las paredes
No se escucha ni al señor de los tamales
las fábricas han dejado de infectar el aire
La tensa calma se escurre por las paredes
La guerra por el agua fue cruenta
Algunas noches me despiertan las imágenes de los incendios
disturbios
olor a petroleo
presas secas
Todas revueltas pasan por mi cabeza
Jadeando de un solo impulso me levanto de la cama que consta de cartones y pedazos de ropa vieja
me dirijo a la bañera donde antes disfrutaba de largas horas recostada en agua clara:
Un poco de esencia de jazmín por aquí
un poco de sándalo por allá.
Hoy a penas por la tubería pasea una pequeña araña a la que le falta una pata
la observo como si fuera de plata
el tesoro mas preciado que me ha regalado la naturaleza.
La devoro y vuelvo a mis cartones a recostarme.