Me lo has dicho.
Cuando mi cara está cerca de tu oído, me escuchas y reaccionas a veces con una sonrisa...
... a veces con un susurro.
Cuando estás descansando, me gusta pasear de puntillas silenciosamente sobre la cama hasta acomodarme en tu regazo.
Acerco mi nariz y olfateo tu rostro.
Te observo desde lejos
desde fuera
como un animalillo en su cueva que cureosea sigilosamente ante la presencia de un ser extranjero.
Te abrazo y tu calor cubre mi cuerpo.
Descanso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario