viernes, 10 de octubre de 2014

Moteles de paso en el río Nilo

Llegamos a Guadalajara de madrugada y había tormenta.

Estábamos tan cansados que entramos caminando a un motel ni tan de mala muerte:

Había pantalla plana, DVD, agua caliente, cama grande, aire acondicionado, sillones y todo lo que para nosotros era el paraíso después de haber dormido en el piso de una central de autobuses.

Lo primero que hicimos fue bañarnos y secarnos. Lavar ropa. Se escuchaban los gritos de alguna prostituta que estaba siendo terriblemente follada. Yo creo que si le dolía.

El segundo paso para nosotros eran los videojuegos de los teléfonos celulares, uno recostado al lado del otro sin tensión alguna.

Prendemos la tv.

No funciona

O no sabemos cómo funciona

O nuestro cerebro no funciona

Llamamos por teléfono

llega la camarera

salgo con mi pijama térmica

Qué vergüenza

Parecíamos vírgenes en su primera noche, como si fuéramos primerizos.

Arregla la tele

Desarreglamos la tele

Ni una palabra

Nos vence el sueño

Hacía años que ni tu ni yo dormíamos tan profundamente, tan en silencio, tan oscuro, tan bello.

Una de las mejores noches de nuestras vidas sin porno, sin sexo, sin morbo.

Dos seres que jamás desaprovecharían un momento tan perfecto, tan exacto...tan extraño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario