Para explorar el silencio hay que temblar en el aire y paladear la densidad del tiempo
ser gorrión de calle
y golondrina planeando lento
encarnar a un ave fénix y sus huesos emergiendo
hay que abrazar la membrana de la soledad
peregrinar con pasos firmes de la sierra al pavimento
mariposa monarca que en un aleteo hace posible lo incierto
cangrejo que no tiene miedo si el agua llega a los aparejos
rugir marino y grano de arena de esta playa nombrada pueblo.
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