miércoles, 8 de noviembre de 2017

TERCERA PERSONA



Dejar de hablar en tercera persona es lo único que te puede calmar
Levantar el cuello con los ojos cerrados sin temor a que te muerdan la yugular
El ardor de garganta, cabeza y cuello por una mirada tierna transformar
No puedes negar la belleza de aquella bestia que con un crujido de sus dientes te puede matar

Y no lo hace

Te observa y te lame cuando no puedes respirar
Te regresa suavemente
Te aleja del huracán
un instante por un instante el aire libre está
Ese rayo de luz dorada por tu pupila a tu alma entrará

Tal vez tal vez querida niña
aunque el dado de la vida se vuelva a lanzar
mas que mas por un instante te puedas controlar.

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